La ISO 9001:2015 es perfectamente adaptable a todo tipo de empresas, sin que su tamaño o sector de actividad supongan un límite. Es por ello que cada vez son más las empresas y entidades que apuestan por regirse bajo los Sistemas de Gestión de la Calidad (SGC) que esta propugna, dado que, desde sus inicios, actuar conforme a dicha normativa internacional supone una serie de beneficios para las organizaciones que apuestan por alcanzar dichos estándares. De este modo, podemos hablar de:
- Beneficios para la gestión de la empresa, dado que son un medio para mantener y mejorar la eficacia y adecuación del SGC, a partir de la detección de puntos de mejora; sirven como acicate hacia la mejora continua; y aumentan la motivación y participación del personal, al tiempo que contribuyen a una mejor gestión de los recursos.
- Beneficios ante los clientes, debido a que redunda en una mayor satisfacción de sus expectativas; elimina múltiples auditorías, lo que supone un ahorro de costes; y permite acceder a acuerdos de calidad concertada con los clientes. Beneficios ante el mercado, al mejorar la imagen de los productos y/o servicios ofrecidos; y al favorecer su desarrollo y afianzar su posición. Esto permite a las empresas ganar cuota de mercado y acceder a mercados exteriores, puesto que la ISO 9001 genera confianza entre los clientes y consumidores.
- La utilidad de aplicar esta norma había sido refrendada ya en 2014 por 1.138.155 organizaciones en 187 países. De estas, cerca de 43.000 entidades están radicadas en España y todas ellas cuentan con un plazo de tres años, desde la aprobación de la nueva normativa en septiembre de 2015, para adaptar su certificación a los nuevos requisitos.
España es el sexto país del mundo y el cuarto de Europa en cuanto a número de certificados conforme a la normativa de gestión de calidad desarrollada por la Organización Internacional de Normalización (ISO).