La organización que apueste por implantar un Sistema de Gestión de Calidad conforme a la ISO 9001:2015 podrá, a través de auditorías internas, comprobar si este se adecua a los requisitos de la entidad y también a los de la propia normativa; y, gracias a ellas, tendrá constancia, además, de si se ha implantado y de si se mantiene de un modo eficaz.
Esta subclásula es muy similar a la 8.2.2 de la revisión normativa efectuada en 2008; pero incluye un cambio importante, dado que se especifica que "la información con los resultados de la auditoría deben ser comunicados a la dirección". Por ello, es preciso e importante documentar que la dirección ha recibido los resultados de la auditoría interna.
Para la puesta en marcha del proceso, la organización ha de:
- Planificar, establecer, implementar y mantener uno o varios programas de auditoría que incluyan la frecuencia, los métodos, las responsabilidades, los requisitos de planificación y la elaboración de informes. Es fundamental también atender a la importancia de los procesos involucrados, a los cambios que tengan un impacto en la organización y a los resultados de las auditorías previas.
- Definir los criterios de la auditoría interna y el alcance de cada una de las que se lleven a cabo.
- Seleccionar a los auditores y asegurarse de la objetividad y de la imparcialidad del proceso de la auditoría interna que realicen.
- Realizar un informe con los resultados y comprobar que estos se comunican a la alta dirección pertinente.
- Llevar a cabo las acciones correctivas necesarias sin demora injustificada.
- Conservar la información documentada como evidencia de la implementación del programa de auditoría y de los resultados obtenidos en la misma.