Para lograr acreditar que se trabaja conforme a una norma ISO con estructura de alto nivel, como es la ISO 9001:2015, es preciso contar con la implicación de la alta dirección, dado que esta ha de demostrar que lidera la implantación de los Sistemas de Gestión acordes a la normativa internacional y que está comprometida con el proceso. Para hacerlo, el líder ha de:
- Asumir la responsabilidad y obligación de rendir cuentas con relación a la eficacia del sistema de gestión
- Asegurarse de que se establecen la política y objetivos que han de definir ese sistema de gestión y que estos son compatibles con el contexto y la dirección estratégica de la organización
- Comprobar que los requisitos del sistema de gestión están integrados en los procesos de negocio de la organización
- Promover el uso del enfoque en procesos y el pensamiento basado en riesgos
- Poner a disposición de la organización los recursos necesarios para el sistema de gestión
- Comunicar la importancia de llevar a cabo dicha gestión y que esta sea acorde a los requisitos del sistema
- Confirmar que se logran los resultados previstos
- Comprometer, dirigir y apoyar a las personas, a fin de que esta labor redunde en una mayor eficacia del sistema de gestión de la calidad
- Promover la mejora continua
- Aplicar a sus áreas de responsabilidad otros roles pertinentes de la dirección
El liderazgo ha de demostrarse, además, a través de un enfoque al cliente. Para ello, el líder ha de:
- Asegurarse de que se determinan, comprenden y cumplen los requisitos del cliente, y también los legales que sean de aplicación
- Comprobar que se determinan y consideran los riesgos y oportunidades capaces de afectar a la conformidad de los productos y servicios, dado que de esto depende la capacidad de incrementar la satisfacción del cliente
- Vigilar que se mantiene el enfoque de cara a aumentar la satisfacción del cliente