La renovada ISO 9001 habla de la mejora continua, a partir de la que se considerará que la idoneidad, adecuación y eficacia de los Sistemas de Gestión de Calidad que implante cada empresa habrán de ser periódicamente revisados, a fin de adecuarlos a las conclusiones extraídas de los resultados del análisis y de la evaluación, y de la revisión por la dirección.
Se ha de determinar, continuamente, si existen necesidades u oportunidades a considerar. Solo de este modo, las empresas y organismos que opten por adecuar su gestión a fin de obtener el certificado en ISO 9001:2015, lograrán mantenerlo.
La organización ha de establecer, por tanto, las acciones necesarias para identificar aquellas áreas con un bajo rendimiento o con escasas oportunidades y, a mayores, ha de emplear las herramientas y metodologías necesarias para investigar las causas que provocan dicha situación insatisfactoria. Este proceso será el apoyo fundamental en el que se basará la entidad para llevar a cabo la mejora continua, que ha de ser, por tanto, el resultado del desempeño de la organización a partir del Sistema de Gestión de Calidad que, conforme a la normativa actualizada en 2015, esta desarrolle.